Pasaron los años tras la excavación de 1997. Se fueron tramitando los permisos, se vencieron obstáculos diversos y se hicieron un par de publicaciones preliminares sobre las marcas en una de las clavículas y sobre la edad de los restos, que dieron fechados de radiocarbono sorprendentemente antiguos: casi 30.000 años.

En junio de 2009, con maquinaria de la Intendencia de Canelones, se procedió a realizar la obra civil necesaria para desviar el curso del arroyo.

 

 

 

Finalmente, en marzo de 2011 las condiciones climáticas fueron apropiadas. Con gran entusiasmo y la ayuda de la gente del Batallón 14, se represó el lugar con bolsas de tierra y se vació la laguna. La vista del fondo tapizado de fósiles fue la recompensa a tanta espera. Catorce años después del hallazgo original, comenzamos la extracción sistemática del material.

 

 

En primer lugar, fuimos dividiendo el yacimiento en zonas de acuerdo a cómo iba surgiendo el material, con denominaciones en las que se alternaban sofisticados códigos alfanuméricos con expresiones más literarias (Ground Zero, El Pozo del Gollum, Zona del Agua Irredenta). A continuación, se dividió el terreno con una cuadrícula de cuerdas. Las colectas, que estuvieron restringidas a aquellos restos que nos parecieron más vulnerables, se refirieron entonces a los cuadrados resultantes.

 

 

 

En el campamento íbamos catalogando el material, sabiendo que la clasificación era provisoria. Se guardaba el material con sus etiquetas en bolsas plásticas. Así quedaron más de doscientos restos a la espera de la limpieza y demás cuidados en el laboratorio.

 

 

 

Cuando la tarea tocó a su fin, cubrimos cuidadosamente el yacimiento, con sus miles de tesoros aún por develarse, con una tela que protege a los fósiles del daño natural y de una posible depredación.

¡Y esperamos al verano siguiente para seguir adelante!

El Municipio de Sauce nos cedió un pequeño espacio en la Casa de la Cultura (que llamamos el Nanomuseo) y después otra sala algo mayor (el Micromuseo). Al presente, estamos trabajando allí en la preparación y catalogación formal de los ejemplares colectados.

En la Facultad de Ciencias se estudiaron las marcas que se ven en varios de los huesos. Con esa información y la demás que va surgiendo de acuerdo a los exigentes protocolos de la creación científica, incluyendo la composición del conjunto fosilífero, se preparó el artículo que dio a conocer este hallazgo a la comunidad internacional.

 

Simultáneamente, se busca financiación para realizar las obras necesarias que permitan exponer este material en las mejores condiciones.

Se prevé que en el futuro próximo se cree el Museo Paleontológico de Sauce. Esta institución, cuya creación está contemplada en el presupuesto quinquenal y declarada de interés departamental, albergará este valioso material y esperamos que se transforme en un centro de investigación e irradiación cultural que aporte a la identidad de la sociedad local y nacional.